sábado, 1 de febrero de 2014

Primer relato: Confianza.


CONFIANZA.

 

Rivaille, se dirigía con mucha energía al cuarto donde guardaba sus productos de limpieza. Tenía que limpiar enseguida su cuarto, seguro que estaba lleno de polvo.  Cuando llega enfrente de la puerta,  la abre  rápidamente su habitación necesitaba una limpieza inmediata. Pero allí no solo encontró sus productos de limpieza, sino a una chica de pelo moreno acurrucada, llorando. Después se acacha y coloca sus manos sobre las rodillas de la muchacha, no podía ver a aquella chica así, era tan fuerte…

- O-oye Mikasa, ¿q-que haces aquí y por qué lloras?

La muchacha levanta la vista, sus ojos estaban muy húmedos y una hilera de lágrimas salían de sus pequeños ojos, su cara estaba completamente roja de tanto llorar. El joven cabo sintió en ese momento una infinita ternura hacia ella. Se dio cuenta de que no podía dejar ahí a Mikasa sola tragándose todas sus penas y expulsándolas mediante lágrimas llenas de un infinito sufrimiento. Se levantó y le tendió una mano.

- Vamos levántate. No puedes estar aquí. Vamos a mi habitación y si quieres cuéntame que te pasa.

Después de decir aquello la joven agarro su mano y el la ayudo a levantarse. Entonces Rivaille cerró la puerta tras de ellos y los dos comenzaron a caminar en dirección a la habitación de este. Durante todo el recorrido Mikasa permaneció detrás del cabo Rivaille en silencio y con una expresión de tristeza en el rostro. Cuando llegaron a la habitación del cabo los dos se sentaron en la cama de este. Mikasa se quedó mirando el suelo y después lo miro a él, estaba dispuesta a contarle que le pasaba.

-Lo que me pasaba…,-comenzó a decir, pero un torrente de lágrimas la atraganto de nuevo.- es que le confesé mis sentimientos y…y me rechazo de nuevo como siempre ha hecho.

Los dos permanecieron en silencio, lo único que se oía en aquella habitación era el llanto de Mikasa. Rivaille le miraba con una gran ternura, quería consolar a la muchacha que tanto amaba pero no sabía cómo hacerlo.

-Siempre trato de protegerlo, -volvió a hablar Mikasa- pero él me rechaza continuamente. El intenta demostrarme que es fuerte, pero es débil y no lo admite. ¡Si no lo protejo morirá, no se da cuenta!

-Mikasa… –dice Rivaille mientras apoya sus manos sobre los hombros de esta- Déjalo, algún día se Dara cuenta de todo lo que has hecho por él y vendrá tras de ti. -suspira- Yo se tan bien como tú que él es débil, pero Eren solo quiere demostrarte que es tan fuerte como tú y que no necesita que tu ni nadie le proteja. Tú pasa de él y piensa en otras cosas, porque tú vales mucho y no quiero que sufras por amor. –se sonroja ante su ultimo comentario y termina abrazándola.

Mikasa corresponde con total ternura al abrazo del joven cabo. Para ellos en aquellos momentos se paralizo el tiempo y no existía más que ellos en esos momentos. Los dos pensaron en que ojala aquel abrazo fuese eterno y no se pudiesen separar jamás.

 

 

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